Cartas a un recuerdo (jm Chanteiro)
Hola Patricia! ¿Cómo te va?
SeguirÃa esperando toda la vida si supiera que ibais a venir, a aquel
triste y feliz quiosco, en el que nos leÃmos 50000 mil revistas
esperando vuestra llegada, pero el tiempo no existe, y la luz del
camino se encuentra cerca. El hambre apremiaba cuando sin saber ni
como ni de donde, apareció un bonito cantar a la Virgen del RocÃo, y
nos dejamos llevar por la música, canciones y palmas de la procesión.
Camino de la majestuosa iglesia, la tristeza de no encontrarnos de
nuevo con aquellas agradables muchachas, hermanas Alambra, se
difuminaba por momentos, mientras disfrutábamos a pie de tanta
belleza, simbologÃa e historia.
Nos sentamos a cenar al pie del rÃo chico, disfrutando del momento,
contemplando la Alambra iluminada, allà en lo alto, reina del cielo,
reinándolo todo.
Mientras tanto, yo rezaba para que no se fuese nunca aquel momento, el
momento de las tres reinas, las hermanas Patricia y Elena, la Alambra,
y su rey, el agua, fuente de vida, de vida en Granada. Reinas de la
simpatÃa, reinas de mi alegrÃa, agua para el sediento, luz en la
oscuridad para todo visitante de la Alambra.
Lloraban los árabes al dejar la Alambra, y lloro yo ahora mis
recuerdos, que caen a cada instante de las calles de Granada.
No pienses que yo estoy loco, pues la locura es incierta, y nunca
sabes lo que eres, pero si lo que amar quieres.
Déjame un pequeño mensaje en mi correo electrónico, alegraras mi
alegrÃa, pues sabré que esto ha llegado, y te mandare aquellas fotos,
del dÃa en que te vi, en que te conocÃ, de aquel dÃa soleado, mi
humilde regalo, tu regálame una sonrisa y me habrás conquistado.
Dale recuerdos a tu hermana Elena. Dile que si le apetece, que me
mande algún imail de vez en cuando. A ti no te digo nada, porque
espero que me los mandes. Ah! y no la vaciles tanto. Un beso. Espero
saber algo de ti pronto.
SeguirÃa esperando toda la vida si supiera que ibais a venir, a aquel
triste y feliz quiosco, en el que nos leÃmos 50000 mil revistas
esperando vuestra llegada, pero el tiempo no existe, y la luz del
camino se encuentra cerca. El hambre apremiaba cuando sin saber ni
como ni de donde, apareció un bonito cantar a la Virgen del RocÃo, y
nos dejamos llevar por la música, canciones y palmas de la procesión.
Camino de la majestuosa iglesia, la tristeza de no encontrarnos de
nuevo con aquellas agradables muchachas, hermanas Alambra, se
difuminaba por momentos, mientras disfrutábamos a pie de tanta
belleza, simbologÃa e historia.
Nos sentamos a cenar al pie del rÃo chico, disfrutando del momento,
contemplando la Alambra iluminada, allà en lo alto, reina del cielo,
reinándolo todo.
Mientras tanto, yo rezaba para que no se fuese nunca aquel momento, el
momento de las tres reinas, las hermanas Patricia y Elena, la Alambra,
y su rey, el agua, fuente de vida, de vida en Granada. Reinas de la
simpatÃa, reinas de mi alegrÃa, agua para el sediento, luz en la
oscuridad para todo visitante de la Alambra.
Lloraban los árabes al dejar la Alambra, y lloro yo ahora mis
recuerdos, que caen a cada instante de las calles de Granada.
No pienses que yo estoy loco, pues la locura es incierta, y nunca
sabes lo que eres, pero si lo que amar quieres.
Déjame un pequeño mensaje en mi correo electrónico, alegraras mi
alegrÃa, pues sabré que esto ha llegado, y te mandare aquellas fotos,
del dÃa en que te vi, en que te conocÃ, de aquel dÃa soleado, mi
humilde regalo, tu regálame una sonrisa y me habrás conquistado.
Dale recuerdos a tu hermana Elena. Dile que si le apetece, que me
mande algún imail de vez en cuando. A ti no te digo nada, porque
espero que me los mandes. Ah! y no la vaciles tanto. Un beso. Espero
saber algo de ti pronto.
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